Con la finalidad de organizar de una mejor manera la movilización de recursos, la participación
sectorial, el establecimiento de límites temporales de atención y el inicio de los procesos de
recuperación, es necesario que se establezcan fases para la respuesta. Estas fases suelen ser
secuenciales, sin embargo, y dependiendo del tipo y duración del evento, se pueden presentar de
forma superpuesta, simultánea y recurrente.